En tiempos de pandemia, la
“Escuela en casa” no fue lo que se esperaba pues en la escuela
que laboro, ni siquiera se llegó a un pleno 25% de participación.
Eso fue el motivo para implementar un pequeño proyecto que
involucrara a la comunidad, para fortalecer los
conocimientos básicos de español y matemáticas, y fomentar valores y cuidado ambiental.
AUKA POR LA PAZ, se hizo para trabajar en equipo, dialogar sobre el
cuidado ambiental e intercambiar experiencias de manera lúdica, ya
que la educación
para la paz debe estar presente en todas las etapas de crecimiento,
en todas las áreas de la vida, y porque no, de una manera divertida.
Y que mejor que hacerlo reconociendo nuestras raíces indígenas, al
menos saludando como lo hacen las comunidades de nuestra región:
¡AUKA!
Convencido
que la solidaridad es el motor que hace que una comunidad se
desarrolle mejor, el programa involucró asesores para ayudar a los más pequeños, quienes a su vez, se
harían solidarios con la naturaleza. Esto, derivado de la falta de
valores en la sociedad en general, el deterioro gradual del medio
ambiente y la pérdida de aprendizajes a causa de la contingencia.
Además, la
falta de internet me movió a encontrar una manera de apoyar a los
estudiantes de una manera directa y cuidando la salud. Y como en la
escuela no se podía congregar a nadie, la respuesta fue hacerlo en
grupos de estudiantes que fueran familia o vecinos que convivieran
cotidianamente, siempre cuidando la salud.
Se
pudo constatar que al
involucrarse
en el aprendizaje de otros, aumenta la fortaleza de los participantes
al comprobar que se aprende mejor entre todos, y al hacerlo
reciclando o en brigadas de limpieza de manera personal, sirve de
ejemplo para que los más pequeños lo realicen también. Se pudo
generar
conciencia en la comunidad sobre la necesidad de transformación para
garantizar el aprendizaje de todos los involucrados.
A la fecha, perduran dos clubes de tareas, uno en la colonia Arboleda y otro en la colonia Río Hardy.